Importancia clínica y autodidactismo de propedéutica y semiología médica

El buen clínico adquiere, desarrolla y depura hábitos adecuados para atender a los enfermos, observa con cuidado; domina a través de un largo entrenamiento de interrogación y exploración física, utiliza de manera simultánea el “tercer oído” que permite captar los mensajes no verbales, aquellos que, a través de la gestualidad, el cuerpo y sus partes, incluidas las vísceras mismas, sirven como medio de expresión de los sentimientos y las emociones1.

El libro Propedéutica y semiología médica se liga a la corriente pedagógica holística de competencias, la cual especifica conocimientos, habilidades, actitudes y valores propios del ejercicio de la profesión médica y da énfasis en el desarrollo de capacidades de comunicación, juicio crítico y reflexivo, ética y actitud de superación constante. Se propone no sólo sumar conocimientos, habilidades, actitudes y valores sino también plantea su articulación de manera crítica, seleccionando, ponderando y dosificando estos recursos2. Los autores que principalmente sustentan esta definición son Epstein3 y Hawes, y Corvalán4.

El docente debe ofrecer al alumno estrategias de aprendizaje que le permitan la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes con las cuales desarrolle una autonomía creciente, un aprendizaje independiente, continuo y el empleo de herramientas intelectuales y sociales. Asimismo, los docentes utilizarán estrategias que faciliten la integración de conocimiento y habilidades, centradas en el alumno para promover la creatividad, la reflexión y el razonamiento y cuyos criterios y formas de evaluación se dirigen a las habilidades integradas, a diversas formas de conocimiento (declarativo, procedimental, actitudinal), a la solución de problemas y a la búsqueda de evidencias2.

Propedéutica y semiología médica va de la mano del aprendizaje autodirigido del estudiante que, por interés, realiza un diagnóstico de sus necesidades de estudio, determina las actividades educativas y estrategias para aprender e identificar los recursos humanos y materiales que necesita, elige el ambiente físico y social que le permite, evaluar y alcanzar sus metas de forma responsable para lograr el éxito académico5,6.

El perfil profesional de un estudiante en ciencias de la salud y competencias le permite mostrar una actitud permanente de búsqueda de nuevos conocimientos; cultivar el aprendizaje independiente y autodirigido; mantenerse actualizado en los avances de la medicina y mejorar la calidad de la atención que otorga2.

 La integración del conocimiento se logra cuando la intencionalidad educativa y la práctica continua logran formar esquemas mentales de procedimiento que le permiten al estudiante generar y reconocer patrones de acción2.

 Como conclusión, la semiología se define como el análisis de los síntomas y los signos, tanto objetivos como subjetivos de un paciente, para hacer el diagnóstico anatómico, es decir, capacita al alumno para distinguir entre si una víscera está o no enferma, o si cualquiera de los órganos a los cuales aplica los procedimientos de exploración clínica sufren alguna alteración, orgánica o funcional; primero por lesión localizada en su interior y segundo, por cambios mecánicos o reflejos en su funcionamiento; y así como existe el diagnóstico diferencial etiológico, también existe el diagnóstico diferencial anatómico, especialmente cuando se trata del estudio de los órganos dobles7.

Los objetivos son otorgar conocimientos básicos de abordaje y atención integral del paciente, abarcando todos los aparatos y sistemas para anamnesis y exploración física, establecer la relación médico-paciente, la cual es primordial y base plena para una atención plena del paciente durante sus procesos de salud-enfermedad. Concretar la explicación olvidada de etimologías grecolatinas esenciales en el entendimiento de la terminología médica para las ramas de la medicina, enfermería y especialidades como Medicina Interna, Cirugía General, Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Urgencias y Medicina Familiar y, finalmente, añadir un glosario que ofrece originalidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Jinich H., Lifshitz A., García-Mangas J, H. M. (2017). Síntomas y signos cardinales de las enfermedades. Séptima edición. México: Manual Moderno. 
  • Plan 2010, Propedéutica Médica y Fisiopatología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. Última actualización mayo 2018. Disponible en: http://fournier.facmed.unam.mx/deptos/seciss/images/docs/5 Prop Med y Fisiopatologia.pdf
  • Epstein RM & Hundert EM. Defining and assessing professional competence JAMA 2002, 87: 226-237. 
  • Hawes, G & Corvalán. Aplicación del enfoque de competencias en la construcción curricular de la Universidad de Talca, Chile. Rev Iberoamericana de Educación. Enero 2005 (ISSN: 1681-5653).
  • Narváez M., Prada A. (2005) Aprendizaje autodirigido y desempeño académico. Tiempo de Educar [en línea] 2005, 6 (enero-junio). Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31161105
  • Grow G. Enseñando a los estudiantes a ser autodirigidos. Disponible en: http://www.famv.edu/sjmga/ggrow (Último acceso 26 de julio 2018)
  • Huertas J. V, (1945) Importancia de la clínica semiológica, Revista de la Universidad Nacional (1944 - 1992), Número 2, p. 421-425. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/revistaun/article/view/13205/13884